Nula interacción social, problemas para comunicarse verbalmente y movimientos repetitivos y erráticos, son algunos de los comportamientos de los niños que presentan un cuadro temprano de autismo. La OMS llama a los Estados a atender de forma eficiente los trastornos de la salud mental.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) los Trastornos del Espectro Autista (TEA) son un grupo de afecciones que se caracterizan por algún grado de dificultad en la interacción social y la comunicación, dificultad para pasar de una actividad a otra, atención en los detalles y reacciones poco habituales a las sensaciones. Así mismo, el autismo impone exigencias considerables a las familias, por ello es importante conocer todo lo relacionado con esta condición para saber afrontar las diferentes situaciones.
“Las características del autismo pueden detectarse en la primera infancia, pero a menudo, el autismo no se diagnóstica hasta mucho más tarde. Las personas con autismo presentan a menudo afecciones comórbidas, como epilepsia, depresión, ansiedad y trastorno de déficit de atención e hiperactividad, y comportamientos problemáticos, como dificultad para dormir o autolesiones”, señala el organismo internacional.
La OMS calcula que uno de cada 100 niños tiene autismo, por eso la entidad en su Plan de Acción Integral sobre Salud Mental 2013-2030, insta a los países para que se aborden las deficiencias actuales en la detección temprana, atención, tratamiento y rehabilitación para las enfermedades como el autismo.
Según la Clínica Universidad de Navarra en España, algunos de los comportamientos o aspectos de los niños que deben llamar la atención a los padres en cuanto al autismo son: déficit de interacción social, es decir que el menor no responde a gestos ni miradas de su entorno; problemas serios en el lenguaje comunicativo verbal y no verbal, o solo repiten las palabras que oyen; y por último, los comportamientos repetitivos o estereotipados, lo que significa que realizan rutinas o movimientos sin función alguna.

Si bien estos aspectos pueden llamar la atención de los padres, son los profesionales los que deben realizar el diagnóstico, por ello, es importante estar atentos al comportamiento de los niños. “La observación conductual de un niño con autismo con fines diagnósticos es una tarea compleja que debe ser realizada por profesionales expertos como neuropediatrías, psiquiatras o psicólogos. Se debe realizar una exploración física y neurológica completas, con pruebas de visión y audición”, señala la superior casa de estudios.
Por su parte la Organización Panamericana de la Salud (OPS), señala que los trastornos del autismo comienzan en la infancia y por lo general tiende a persistir en la adolescencia y edad adulta, aunque en algunos casos las personas pueden vivir de forma independiente, pero en otras tienen discapacidades graves que requieren atención y apoyo de por vida.
Es así que muchas veces, la familia tiene que soportar la carga emocional y económica, especialmente cuando el acceso a los servicios es inadecuado. “En todo el mundo las personas con autismo a menudo son objeto de estigmatización, discriminación y violaciones de los derechos humanos. Por lo tanto, el empoderamiento de los cuidadores se reconoce cada vez más como un componente clave de las interacciones de atención a los niños en estas condiciones”, afirma el organismo internacional.