Si le dijeran que su desayuno de hoy tiene bacterias y hongos, lo más probable es que salte de susto y haga su reclamo formal a la persona que se lo sirvió. Sin embargo, la ciencia puede enseñarnos que gracias a estos dos grupos de microorganismos muchos alimentos que tenemos en casa pueden ser altamente efectivos en el tratamiento y prevención de diversas enfermedades.
El pan de masa madre (levadura), por ejemplo, es una colonia de hongos unicelulares del género “saccharomyces cerevisae” que están fermentando continuamente la harina para romper los enlaces del almidón y convertir el azúcar en alcohol y gas que hincha el pan a medida que tiene contacto con el oxígeno. Otro alimento frecuente en la mesa es el yogurt. Para hacerlo en todas sus variantes han tenido que ocupar las bacterias de los géneros “Lactobacillus”, “Streptococcus” o “Leuconostoc”. Estos también tienen el deber de fermentar a la lactosa y el azúcar de la leche hasta convertirlos en ácido láctico. Quesos, vinos, vinagres, aceitunas, entre otros alimentos, pueden aumentar la lista. (Ver aquí).
Estos microorganismos vivos que confieren un beneficio a la salud cuando se los administra en cantidades adecuadas, reciben el nombre de probióticos. La cepa probiótica de levadura denominada “Saccharomyces Boulardii CNCM I-745”, por ejemplo, es la primera levadura probiótica identificada y usada en medicina para humanos ofreciendo numerosos beneficios gastrointestinales para hacer frente a diferentes síntomas de la diarrea y otras infecciones estomacales (Ver aquí).
Bacterias según su género y especie
Las cepas de probióticos, según la Guía Mundial de la Organización Mundial de Gastroenterología, identifica por su género, especie y subespecie al menos tres con su propia designación alfanumérica y son (Ver aquí).:
- Las especies de Lactobacillus:
Son “bacterias amistosas” que viven normalmente en nuestros sistemas digestivo, urinario y genital sin causar enfermedades. Los lactobacilos también se encuentran en alimentos como el yogur y en suplementos dietéticos (Ver aquí).
- La Bifidobacterium:
Son un grupo de bacterias que normalmente viven en los intestinos y pueden ser cultivadas fuera del cuerpo y luego consumirse por vía oral como medicina. Se usan para tratar la diarrea, el estreñimiento, el colon irritable, entre otras utilidades (Ver aquí).
- Saccharomyces Boulardii:
El Saccharomyces boulardii es una levadura (hongo) diferente de otras cepas de Saccharomyces cerevisiae, y es usada como medicina para tratar, por ejemplo, la diarrea, incluyendo tipos infecciosos de diarrea retroviral en niños, diarrea causada por la proliferación gastrointestinal de bacterias «malas» en adultos, diarrea del viajero y diarrea asociada a antibióticos. (Ver aquí).
- Clostridium Butyricum:
Es una bacteria anaerobia estricta, productora de esporas que se encuentran en el suelo y en el tubo digestivo de animales y personas. Estas bacterias se caracterizan por el metabolismo de fermentación intensivo (Ver aquí).
Aplicaciones clínicas de los probióticos
Los probióticos necesitan de prebióticos para mantener un equilibrio en el organismo, dotando de nutrientes para la microbiota humana. Se encuentran en alimentos como los granos integrales, los plátanos, las hortalizas de hoja verde, las cebollas, el ajo, la soya y las alcachofas. Los probióticos junto con los prebióticos pueden usarse para combatir:
- La diarrea:
Algunas cepas probióticas como la “Lactobacillus paracasei” y la “Saccharomyces boulardii” actúan reduciendo la gravedad y la duración de la diarrea tanto en niños como en adultos. La administración oral puede acortar, según diversos estudios, hasta 1 día la duración de la enfermedad diarreica en niños.
- Prevención de cáncer colorrectal:
Si bien la dieta contribuye a la aparición de esta enfermedad, los probióticos y los prebióticos han demostrado disminuir los factores de riesgo para el cáncer colorrectal
- Erradicación del Helicobacter pylori:
Los probióticos y los prebióticos son promisorios para reducir los efectos secundarios del tratamiento de H. pylori y diversos estudios sugieren que pueden ser útil para aumentar las tasas de erradicación de esta bacteria mala. La combinación de “Lactobacillus rhamnosus” y “Lactobacillus reuteri” pueden reducir los efectos colaterales, también mencionar que el uso de antibióticos contra Helicobacter pylori puede producir diarrea, por tal motivo el uso de probióticos con “Saccharomyces boulardii” ayudaría a evitar la disbiosis por el uso de estos antibióticos.
- Prevenir y tratar la encefalopatía hepática:
Es frecuente el uso de prebióticos como la lactulosa para la prevención y el tratamiento de esta enfermedad. La evidencia disponible para una mezcla probiótica sugiere que es capaz de revertir una encefalopatía hepática al mínimo. Entre esas mezclas que se puede mencionar están las cepas de “Lactobacillus plantarum”, “Lactobacillus casei”, “Lactobacillus acidophilus”, entre otras. Existen también evidencias que sugiere que varias cepas probióticas y el prebiótico oligofructosa son útiles para mejorar la respuesta inmunitaria.
- Enfermedad Intestinal Inflamatoria (EII):
Hay estudios que demuestran la utilidad de ciertos probióticos en la prevención de un primer episodio de “Pouchitis” (inflamación del reservorio ileoanal) y en la prevención de futuras recaídas de la “Pouchitis” después de inducir la remisión con antibióticos. Algunos probióticos han demostrado también ser seguros y tan eficaces para mejorar las tasas de respuesta y remisión en la colitis ulcerosa de leve a moderadamente activa tanto en adultos como en niños.
- Síndrome de Intestino Irritable (SII):
Los estudios publicados muestran consistentemente una reducción de la distensión abdominal y la flatulencia como resultado de tratamientos probióticos. La literatura sugiere que ciertos probióticos pueden aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida en pacientes con dolor abdominal funcional.
- Cólicos en bebés:
- Se ha demostrado que ciertos probióticos como por ejemplo la “Lactobacillus reuteri”, reducen el tiempo de llanto en bebés por el dolor tipo cólico.
- Mala absorción de la lactosa:
Streptococcus thermophilus y Lactobacillus delbrueckii subsp. Bulgaricus mejoran la digestión de la lactosa y reducen los síntomas relacionados con su intolerancia. Esto se confirmó en una serie de estudios controlados con individuos que consumen yogur con cultivos vivos.
- Enterocolitis necrotizante:
El suplemento con probióticos reduce el riesgo de esta enfermedad sobre todo en recién nacidos prematuros. Diversos análisis también han demostrado una reducción del riesgo de muerte en grupos tratados con probióticos, aunque no todas las preparaciones probióticas probadas son efectivas.
- Enfermedad hepática no alcohólica:
Ciertos probióticos son una opción terapéutica para mitigar la esteatohepatitis tanto en adultos como en niños. Los probióticos mejoraron los resultados del modelo de evaluación de la homeostasis, colesterolemia, entre otros componentes. (Ver aquí).