Al promediar las 22:30, Marcos Lijerón tocó la puerta de la farmacia de turno de su barrio por fuertes dolores de cabeza y en el centro de su espalda. Cuando la regenta le preguntó la causa, el señor de unos 40 años, papá de dos hijos y de profesión eléctrico, le comentó que hizo un mal movimiento al salir de la ducha. La profesional de salud hizo dos preguntas sencillas, recordó las materias de farmacología y recomendó un “relajante muscular” y un “analgésico”.
Sin embargo, Lijerón omitió decirle a la farmacéutica que cinco horas antes de visitarla discutió con sus hijos porque se quisieron pelear, luego se molestó con su esposa porque gastó el poco dinero que tenían ahorrado para el mes y, a eso se sumó que, en dos días, debe pagar su cuota del banco y no agarra ningún trabajo desde hace dos semanas. ¿Podría ser un mal movimiento al salir de la ducha la causante de sus dolores o realmente la dolencia comenzó en la mente y repercutió en su cuerpo?
A este tipo de enfermedades, los profesionales de salud la identifican como las “psicosomáticas”. Mauricio Rosso, psicólogo especialista en gestión de talento humano, docente y socio de la firma Buenas Prácticas SRL, asegura que, como resultado de la pandemia y la cuarentena obligatoria que se cumplió la población hay un incremento de trastornos o enfermedades mentales que pueden expresarse en “pérdida del control emocional, arranques de ira, falta de energía, sensación de pesadez, miedo constante, llanto descontrolado y otros síntomas que, sin duda, desencadenarán en otras dolencias”.
El experto expresa que post pandemia más de un 90% de la población sufrirá algún tipo de trastorno mental como resultado del proceso de “encierro” que vivieron las familias. Así también, anualmente, según estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los trastornos por depresión y por ansiedad cuestan a la economía mundial de 1 billón de dólares anuales en pérdida de productividad (Ver aquí).
Entre las enfermedades físicas que se pueden generar por un cuadro mental se puede mencionar:
- Trastornos gastrointestinales
Un estudio clínico realizado mediante entrevistas psiquiátricas estructuradas y mencionado en el estudio “Factores psicológicos de los trastornos intestinales funcionales dolorosos” (Ver aquí) los investigadores hallaron que un 87% de los pacientes aquejados con síndrome del intestino irritable y la dispepsia funcional presentaba un diagnóstico psiquiátrico como trastornos depresivos, trastornos por ansiedad y somatización.
Ante un cuadro de estrés y ansiedad, según un artículo publicado por Laboratorios Arkopharma, el organismo se prepara para defenderse y ocurren una serie de cambios, por ejemplo, aumenta el ritmo cardiaco, la tensión arterial y la sangre se va desde el estómago hacia los brazos, piernas y cabeza para poder pensar más rápido y luchar contra una adversidad.
“El estrés puede producir alteraciones en la motilidad intestinal, cambios en las secreciones digestivas, pérdida de capacidad de regeneración de la mucosa gastrointestinal, desequilibrio en la flora intestinal que dará lugar a problemas de mala absorción de nutrientes, alergias, intolerancias entre otras cosas”, explican en el portal web (Ver aquí).
Si se mantiene el estrés como un hábito de vida, este desequilibrio, según mencionan en el portal, puede generar pesadez estomacal por mala digestión y absorción de alimentos, gastritis que pueden llegar a formar úlceras, hemorragias digestivas y vulnerabilidad para otras enfermedades.
- Cefaleas y migrañas y otros dolores en la cabeza
El estrés es un desencadenante común de las cefaleas y migrañas de tipo tensional. Sin embargo, si los molestias, persisten y perturban las actividades diarias, es repentino e intenso, está acompañado de rigidez de cuello, erupciones cutáneas, escalofríos y visión borrosa, consulte inmediatamente a un médico o profesional psicológico que le ayude a identificar las causas y tenga un plan para reducir su efecto en el cuerpo (Ver aquí).
De acuerdo con el estudio “Estrés y cefaleas vasculares en estudiantes”, presentado en un Congreso de Mercosur la gran mayoría de los dolores de cabeza corresponden a cefaleas primarias y de estás más del 90% son una migraña o también una llamada cefalea de tensión. Aunque la cefalea tensional es la más prevalente, la migraña es la cefalea el motivo principal para buscar ayuda (Ver aquí).
“El estrés provocado por diferentes causas favorece un exceso de tensión en los músculos de la cabeza o sus alrededores que da lugar a estas cefaleas. Por eso es importante realizar ejercicios cada día, estiramientos musculares, recurrir a la hidroterapia, hacer deporte y evitar, en lo posible los psicofármacos o analgésicos compuestos que llevan cafeína o codeína”, recomienda el profesor de Neurología de la Universidad Autónoma de Madrid, Hugo Liaño (Ver aquí).
- Enfermedades cardiovasculares
La ira, la depresión, la ansiedad y otras formas de trastornos mentales, han sido relacionadas, según un artículo publicado en la revista Science Direct, con un aumento del riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular ¿cómo sucede?
“Algunos estudios han demostrado que el estrés mental induce disfunción endotelial, promueve arritmogénesis, estimula la agregación plaquetaria, aumenta la viscosidad sanguínea por hemoconcentración y estimula factores involucrados en la inflamación. La hiperreactividad cardiovascular de la presión arterial a las pruebas de estrés mental, realizadas en el laboratorio, se ha asociado a un mayor riesgo de desarrollar hipertensión arterial”, aseguran desde la Sociedad Española de Hipertensión y la Liga Española para la Lucha de la Hipertensión Arterial (Ver aquí).
Otro estudio denominado Interheart con 24.767 pacientes de 52 países y difundido en Intramed, evalúa la relación de los factores de riesgo modificables y enfermedades coronarias, muestra que “un mayor estrés psicosocial durante un año se asoció con un riesgo de infarto de miocardio dos veces mayor que las personas que no padecían alteraciones psicológicas” (Ver aquí).
Entre las conclusiones a las que deriva este estudio publicado por la revista Intramed están que “el estrés crónico es un factor de riesgo de ECV (Enfermedad Cardiovascular) generalizado y subestimado; los médicos deben considerar el papel del estrés crónico al evaluar a las personas con riesgo de ECV y recomendar enfoques para reducir el estrés entre aquellos con un alto estrés percibido o que tienen una mayor exposición”.
- Afecciones cutáneas y enfermedades psicodermatológicas
Mayte Truchuelo, dermatóloga del Instituto Dermatológico de Madrid asegura que, el estrés influye directamente en la piel mediante distintos mecanismos como, por ejemplo, modificando el sistema inmunológico, bajando las defensas cutáneas y activando otras vías de inflamación. Así también estimula la producción de adrenalina y de corticoides que, al actuar sobre los receptores de la piel, ejercen cambios en la misma (Ver aquí).
“Todas las enfermedades inflamatorias de la piel empeoran con el estrés. Las estadísticas muestran que un 30 a 40% de los pacientes que acuden a la consulta dermatológica tienen asociado un componente psicológico a su proceso cutáneo. Al tratarse de una patología, afecta su autoestima y le provoca un estado emocional de preocupación lo que, a su vez, agrava los síntomas”, asegura Pedro Adrados, psicólogo clínico del Hospital Vithas Nuestra Señora de América (Ver aquí).
Mauricio Rosso, psicólogo especialista, recomienda estar atentos a los cambios de estado de ánimo, a las preocupaciones excesivas, comiendo más de lo acostumbrado o si te está costando dormir, lo más probable es que estés pasando por una situación que provocará alguna enfermedad en el cuerpo. “Acudan a un profesional psicológico. Una vez una persona me decía que los psicólogos son para los locos, yo les respondí que solo los locos no irían a buscar ayuda si esto les ayudara a vivir felices”, concluye.