Es común escuchar que el estrés y el sistema inmunológico, no son amigos, pues el primero debilita y limita al segundo, dejando al cuerpo más indefenso ante amenazas extrañas; una de ellas es el herpes zóster (HZ), comúnmente llamado “culebrilla”. Se trata de una infección viral que, si bien no es mortal, causa mucho dolor y, según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, puede afectar a una de cada tres personas, en algún momento de su vida (ver aquí).
Todo aquel que haya padecido varicela, es un potencial paciente de herpes zóster pues ambas enfermedades se generan por el mismo agente: el herpesvirus. Después de superar la varicela, el virus no siempre muere, sino que se aloja de forma pasiva dentro de células nerviosas del cuerpo para reactivarse años después, en periodos en los que el sistema inmunológico se debilita a raíz de factores que bajan las defensas como la tensión física o emocional (Ver aquí).
La característica más visible del HZ es la erupción cutánea, por lo que es habitual que el paciente tienda a acudir a un dermatólogo en busca de ayuda; sin embargo, el neurólogo paceño Juan Carlos Durán Quiroz, explica que se trata de una patología neurológica por ser una inflamación del nervio (Ver aquí).
¿Cómo identificar el HZ? los síntomas más frecuentes y evidentes son:
- Dolor: es la primera señal del virus y suele ser muy intenso e intermitente. Se puede manifestar hasta cuatro días antes de la erupción cutánea.
- Escozor, entumecimiento u hormigueo: puede ir acompañado de ardor o punzadas.
- Erupción cutánea: un sarpullido rojizo se produce en la piel de una o más áreas del trayecto del sistema nervioso. Es metamérico, es decir, solo se manifiesta en un segmento del cuerpo.
- Ampollas: brotan vesículas llenas de líquido que luego se abren y se forman costras.
- Sensibilidad al tacto: se pude producir hipersensibilidad e hiperestesia, es decir, los estímulos se perciben con mayor intensidad y dolor.
Con poca frecuencia, otros síntomas son: cefaleas, fiebre, cansancio o sensibilidad a la luz.
Duración y causas
El herpes zóster puede durar entre tres a cinco semanas y si bien causa fuertes dolores, por lo general, no se desencadenan mayores complicaciones, según explica el especialista Gerardo Medina, desde el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). El médico añade que los casos más serios son aquellos en los que el virus ataca el rostro, la vista o el cerebro.
Para evitar este problema, los expertos apuntan a que es importante evitar cuadros que debiliten las defensas como la depresión, la ansiedad, el estrés o el cansancio crónico. Algunas patologías que también contribuyen a la reactivación del herpesvirus, justamente por atacar directamente al sistema inmune, son: cáncer, VIH, insuficiencia renal crónica, diabetes, hipertensión e infecciones tratadas de forma inadecuada.
Contagio, prevención y tratamiento
El centro médico y de investigación estadounidense Mayo Clinic, indica que existen dos vacunas preventivas: la vacuna contra la varicela y la vacuna contra el herpes (varicela-zóster). (Ver aquí).
Hay tres pasos a seguir en pacientes con HZ, según explica el Dr. Durán, primero será necesario aplicar un tratamiento antiviral, después manejar la inflamación y lo más desafiante es controlar el dolor.
¿Cuándo consultar al médico?
Es importante consultar al médico si se tiene la mínima sospecha de la enfermedad, tras detectar síntomas. Sin embargo, existen algunas situaciones en las que la asesoría médica es urgente:
- Ser enfermo crónico. Si el paciente sufre enfermedades que atacan al sistema inmunológico, como cáncer, VIH, insuficiencia renal crónica, diabetes o hipertensión, el virus ataca con mayor agresividad.
- Edad avanzada. El riesgo de que la enfermedad se complique es mayor en pacientes de 60 años en adelante.
- Dolor y/o erupción cutánea en el rostro o cerca de los ojos Un tratamiento tardío puede derivar en un daño severo o permanente.
- Cuando la erupción cutánea es generalizada y causa mucho dolor.
Medicación según Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos
Los fármacos antivirales ayudan a tratar el virus y a disminuir la duración e intensidad con los que ataque; uno puede ser el Aciclovir. Mientras antes se detecte y trate la enfermedad, más efectiva será la recuperación del paciente.
Por otro lado, para manejar el dolor, se pueden usar medicamentos como el Dolo Coba Vimin compuesto o el Altodor NF que requieren prescripción del doctor. Además, para disminuir la picazón y el ardor se puede complementar con soluciones caseras como el uso de pañitos húmedos o baños de vapor hechos a base de avena molida y agua.