Cuando Gabriela Carrasco vio en las noticias que aquel 10 de marzo de 2020 dos señoras dieron positivo a Covid-19 en Bolivia, inmediatamente su mente armó posibles escenarios: ¿Me contagiaré? ¿Cómo protegeré a mis dos hijos? ¿Qué haré con mi negocio? ¿Y mis padres? ¿Qué pasar con los de la tercera edad? ¿De dónde sacaré dinero en caso de contagio?
Carrasco, madre de dos hijos, microempresaria y con 37 años de edad, no fue la única en hacerse estas preguntas. Y la actitud que ella asumió fue particular: contarle a su mente que ella podía superar cualquier adversidad con fe y trabajo.
Pero no todos se contaron esta historia. Según Tania Monje, psicoterapeuta familiar experta en problemas de comportamiento, ansiedad y estado de ánimo, a medida que avanzaba la cuarentena, recibió en su consultorio un incremento de casos de personas adultas que expresaban estrés y cuadros de ansiedad en su cuerpo, en su mente y en sus emociones.
“El estrés es un estado de tensión mental, emocional resultante de circunstancias adversas muy exigentes. En el cuerpo puede generar desde problemas intestinales hasta cardiovasculares como presión alta. El efecto en la mente también puede empezar como una preocupación a generar temores y fobias. Y en las emociones sin duda hay mayor irritabilidad de la persona dificultando la toma de decisiones diarias”, expresó.
Los cambios y la edad
De acuerdo con el Centro Psicológico Madrid (Cepsim), una de las principales dificultades para combatir el estrés y la ansiedad es que no se las puede detectar a tiempo, debido a que muchas personas lo ignoran o tratan de superarlo sin ayuda de otras personas.
“No hay una edad a partir de la cual se manifieste la ansiedad. Puede aparecer en todas las edades y en todas las clases sociales. Por ejemplo, un bebé durante los primeros días de guardería puede aparecer con problemas de conducta y aprendizaje, agresividad, hiperactividad. O un estudiante en una ponencia o ante la pérdida de un ser querido. En los adultos se puede manifestar como una adicción al trabajo, fobias, etc.”, aseveran los especialistas de Cepsim (Ver aquí).
Tatiana Monje asegura que, los cuadros de ansiedad y estrés se pueden detectar a tiempo si es que se reconocen algunos cambios de hábitos o conductas como por ejemplo dificultad para concentrarse, sobre pensar todo lo que le pasa, irritabilidad con cualquier ruido o movimiento externo, cansancio o tensión muscular hasta dolores de cabeza y problemas digestivos.
Desde el Cepsim recomiendan que, para combatir la ansiedad, lo primero que debe hacer la persona que pasa por estos cambios es aceptarla. “Cuando sentimos estos cambios en nuestro cuerpo intentamos ignorarlos, pero esto no hace más que aumentarlos. Estas sensaciones nos están avisando que algo no marcha bien y, a lo mejor, es una situación que tienes que superar, aceptar o dejar”, explican.
Monje sugiere que, para empezar a tratar estos cambios sin fármacos, la persona debe tratarlo con una actitud resiliente, es decir enfrentar la crisis de manera positiva pasando de un estado de sorpresa, proactividad, aceptación, aprendizaje hasta lograr un crecimiento integral. Para lograr este bienestar se debe considerar, según Monje y el Cepcim, cuatro pilares:
- Cuide su salud física cada día
¿Cómo hacerlo? Para el cuidado físico desarrolle hábitos que incluyan un descanso, unos 10 minutos de ejercicios, alimentación en lo posible saludable, horarios de trabajo prudentes evitando el consumo de tabaco y alcohol.
“Calme la inquietud del cuerpo cuidando muy bien su respiración, consuma mucha agua antes de realizar cualquier actividad y después evitar permanecer en una misma posición durante varias horas. Parece que son consejos reiterativos, pero si no le damos importancia después el mismo cuerpo pasará factura por los excesos”, expresó.
Sonia Navarro, psicóloga y psicoterapeuta española complementa sobre este punto que el respirar para relajarse nos ayuda a darnos tiempo para pensar y que, el ejercicio físico permite liberar esa energía contenida por el estrés (Ver aquí).
- Agradezca y desarrolle la capacidad para serenarse
El agradecimiento sirve más al que lo dice que al que lo recibe. Monje sugiere practicar este ejercicio de gratitud a diario ya sea por lo que tenemos como por lo que no tenemos. A este hábito, la experta agrega el de la oración y la meditación según la creencia que cada uno tenga. “Esto calma la mente. Trate de hablar con alguien todos los días y ocupe su mente en fuentes que generen pensamientos positivos y que alimenten su mente no que la destruyan”, comenta.
El Cepsim sugiere evitar el “no pensar” ya que cuando más lo intenta más se ancla el pensamiento. “Escuche a sus pensamientos desde otra posición que no sea la del miedo. Obsérvelos sin juzgar, como si observara un paisaje o un cuadro. Enseguida se dará cuenta que no todo está mal y que son sus miedos los que están hablando lo que no conviene”, aseveran.
- Mantenga buenas relaciones con su entorno
¿Le molesta tener a su pareja o a sus hijos más cerca que antes? ¿Prefiere la cercanía que había antes de la cuarentena? Monje dice que, además de dar gracias por este tiempo de cercanía, se debe lograr un nivel de convivencia estable, sin enojos prolongados o discusiones permanentes porque “Solamente aumentarán el estrés y la ansiedad que ya conlleva una pandemia”.
“Hable claro y sin rodeos con las personas con las que se relaciona a diario. Comparta tiempo real sin celulares de por medio, riendo, disfrutando de una buena conversación, hablando de temas que le generan placer, sin perder, por supuesto, el respeto y la escucha activa”, asegura.
- Evite los casos “hipotéticos” y una preocupación excesiva por el futuro
El ser humano por naturaleza quiere controlar todo y cualquier riesgo le provoca temores. Monje recuerda una frase muy interesante al respecto: “no puedes controlar lo que sucede en tu vida, pero si puedes controlar qué te va a hacer sentir cada cosa que veas y realices”.
Desde el Cepsim explican que el ser humano no puede volver al pasado para cambiarlo ni predecir con exactitud el futuro, por eso animan a pensar en el presente y que “La mayoría de las cosas que nos preocupan casi nunca suceden como tal”.
“No intente controlar todo lo que esté en su entorno ni a las personas que te rodean. Hay cosas que, si tienen solución, pero otras que no y debes aceptarlas para seguir adelante”, indican desde el Centro Sicológico Madrid (Cesim).
Y si estos consejos no hacen eco en tus hábitos y no cambian tu forma de vivir desde adentro hacia afuera, el Cesim recomienda acudir a “Un profesional que le ayude a gestionar la ansiedad y a descubrir juntos cómo estar mejor”.